5 ideas para que el packaging de tu producto sea bonito, a la vez que consciente y sostenible
Hace bastante tiempo, cuando escribí una descripción mía para la web que tenía en aquel momento (hará, no sé, ¿seis o siete años?) hice un listado de muchas de las cosas que me gustaban y entre ellas estaba “Me gusta comprar libros por su portada y cereales por su caja”. Desde siempre me han atraído los objetos por cómo están presentados, por los detalles que alguien escogió y consideró importante que esa caja o ese envase tuviera. Y a día de hoy, muchas veces sigo comprando una lata de atún porque el envase es precioso o una crema hidratante porque el packaging en el que viene es tan sencillo, minimalista y bonito que no lo puedo evitar.
La importancia de un packaging bien pensado y que atraiga al público objetivo de ese producto, es indiscutible. En gran medida compramos por los ojos y nos gusta tener cosas bonitas y que encajen con nuestro estilo. Si, además, la experiencia de unboxing (o el momento en el que abres ese producto) es agradecida, tu experiencia con ese producto y esa marca ya habrá empezado con muy buen pie.
En este post me apetecía hablar de cosas que se pueden tener en cuenta a la hora de diseñar el packaging de un producto para que éste sea bonito, atractivo y la experiencia al abrirlo sea buena. Pero también de cosas que podemos hacer para hacerlo más sostenible, no generar más envases de los necesarios y para reutilizar los que sí generemos.
Packaging de diseño sencillo y minimalista
En los últimos años, cuando me encuentro buscando referencias de packaging en Pinterest o mirando productos que quiero comprar para mí misma, me llaman la atención los productos que tienen un packaging más bien sencillo y minimalista. Con pocos colores, fondos lisos y tipografías bonitas. Y no es que sea yo sola la que se ha fijado en eso, sino que es una tendencia que ya hace mucho tiempo que se lleva.
A veces se tiene miedo al espacio en blanco, a que haya demasiado pocos elementos en un diseño. Pero en muchas ocasiones, en diseño, es mejor abrazar el espacio “en blanco” y dejar respirar el diseño antes que saturarlo con demasiadas cosas. Podemos conseguir resultados visualmente muy atractivos jugando con el color o la tipografía, de una forma sencilla y con pocos elementos.
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Este estilo minimalista podemos llevarlo un poco más allá y usarlo para crear diseños de cajas y envoltorios que estén pensados para usar poca tinta a la hora de imprimir. Cuánta más tinta usamos, más metales pesados tóxicos estamos liberando. Por eso, al reducir la cantidad de tinta que usamos, reducimos su impacto y hacemos el envase un poco más sostenible.
Por ejemplo, la marca Function of Beauty junto con Lumi (los impresores que les hicieron el packaging) cambiaron el diseño de la caja de sus productos quitando la impresión de color en toda la caja y sustituyéndola por una impresión del texto en positivo sobre el cartón, reduciendo así la cantidad de tinta usada en un 90%.¹
Además de reducir la cantidad de tinta, también pueden usarse tintas ecológicas o de base vegetal en vez de las tradicionales que contienen derivados del petróleo.
2. Usar las características del producto a nuestro favor
Otra cosa que podemos hacer, es analizar cómo podemos usar las características del producto para destacarlas y usarlas a nuestro favor. Como por ejemplo en este caso, donde el envase es totalmente blanco y el color que se usa es el de la propia pastilla de jabón, mediante agujeros en la caja. De esta forma también se reduce la tinta usada en la impresión, puesto que el color es el del propio producto y el resultado es un envase creativo y bonito.
3. Incluir detalles sin pasarnos y sacar el máximo partido a cada cosa
Una de las cosas que también se agradecen mucho a nivel de experiencia de usuario cuando abres un paquete, ya sea un producto que has comprado en una tienda o que has encargado online, son los detalles que lleva. Así como creo que no hace falta añadir muchas cosas porque sí (tarjetas, papeles de envoltorio, etiquetas…), sí que creo que algunos detalles pueden hacer que la experiencia de la persona que lo abra sea más bonita y gratificante. Creo que se puede encontrar un equilibro entre ambas, utilizando las cosas que sí o sí vas a poner (por ejemplo un envoltorio que sea necesario para proteger el producto) o añadir alguna pequeña cosa como una tarjeta de agradecimiento por la compra, que sea un detalle de cara al consumidor. Siempre intentando no producir muchas cosas innecesarias.
Si, por ejemplo, eres una marca de ropa y usas papel para envolver y proteger las prendas, puedes personalizarlo y hacer que sea lo más bonito posible. O si, como decíamos, pones una tarjeta de agradecimiento en los paquetes, puedes diseñarla con una ilustración o fotografía bonita en una de las caras de la tarjeta, convirtiéndola en un objeto que dé ganas conservar. Así, las personas que la reciban pueden colgarla o enmarcarla para tener en su casa. Otra opción para las tarjetas o las etiquetas, es imprimirlas en papel plantable para poder sembrarlas después.
4. Packaging personalizado de forma sencilla
Cuando te llega un pedido que has hecho online y la caja está personalizada con el branding de la marca, o compras algo en tienda y la bolsa o el envoltorio están personalizados, siempre lo hace distinto al resto y le da valor.
Pero hay veces que por presupuesto o por logísitica es complicado o costoso hacerlo y hay otras formas de personalizar un packaging de manera más sencilla. Por ejemplo, con pegatinas o cintas adhesivas que ya fueras a usar de todas formas (y que pueden ser de papel reciclado). Puedes usar cajas de cartón y personalizar la pegatina o cinta con el diseño de tu marca, consiguiendo que quede bonito y minimalista, a la vez que para ti sea menos costoso.
5. Packaging reutilizable y/o biodegradable
Una de las cosas que más se ha empezado a hacer es intentar reducir el uso de bolsas o envases de plástico, aunque aún hay muchas empresas que siguen usándolas. En su lugar, se pueden usar envoltorios de otros materiales que permitan su reutilización y que al ser más bonitos y duraderos, inciten a volver a utilizarlos como, por ejemplo, las bolsas de tela. En vez de enviar el producto dentro de una bolsa de plástico, puedes ponerlo en una bolsa de tela para que se pueda usar de diario, para hacer la compra o para guardar ropa o zapatos. Si el diseño es bonito, como siempre, dan más ganas de guardarla y reutilizarla.
Uno de los casos en que he visto en que se reutiliza el packaging (en este caso de papel) por lo bonito que es, es el de Zubi Design. Ellas usan unos sobres de papel estampados con los que envuelven y protegen sus bolsos y comparten en su instagram como muchas veces sus clientas reutilizan ese papel para hacer otras cosas y decorar su casa.
También, si vendes online y mandas tu producto envuelto en las típicas bolsas de plástico para envíos, puedes sustituirlas por otras biodegradables, como pueden ser éstas. También hay algunas que tienen dos tiras adhesivas en vez de una: una sirve para cerrar la bolsa cuando lo mandas y la otra para que la persona pueda devolver el producto en la misma bolsa y no tenga que usar una nueva.
Creo que es importante intentar encontrar un equilibrio entre la experiencia que ofrecemos al usuario cuando abre o recibe un paquete, el diseño de éste y el no producir cosas innecesarias porque sí. Se pueden usar los mínimos envases posibles, haciendo que cumplan su función y a la vez tengamos un producto bonito y coherente con la identidad de la marca.
A mí me encantan los envoltorios sencillos y bonitos, con pocos elementos. Cuando te provocan esa sensación de que aquello es tan bonito que no quieres tirarlo y quieres guardarlo para siempre.
¹ En este artículo de Lumi, explican el cambio de packaging de Function of beauty y más ideas para reducir y reutilizar los envases.
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